ANSIEDAD Y EL ESTADO DEPRESIVO
- Enrique Levingston
- 11 dic 2018
- 4 Min. de lectura
¡ Hola amigos y amigas ! nuevo articulo en este humilde e incipiente BLOG que intenta explorar y dar información sobre las problemáticas psicosociales actuales, de las cuales podemos a través del conocimiento y de las herramientas existentes abordarlas de una manera efectiva, apuntando a el desarrollo de los recursos personales como fundamentales para mejorar la calidad de vida y lograr bienestar personal.
Seguimos con la ansiedad como uno de los males del siglo en el que estamos transcurriendo y como generadora y sostenedora de tantas otras.
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Hoy vamos hablar de la ansiedad y su relación con la depresión, que personalidades tiene predisposición a las mismas y como se desencadenan las crisis.
Rasgos de personalidad y las patologías psicológicas
Existen dos signos o indicadores que nos pueden avisar sobre la presencia de un trastorno
psicológico, la presencia de emociones dolorosas y la aparición de conflictos continuados en las relaciones sociales o familiares.Estudios en psicología han logrado describir dos
tipos de personalidad en base a rasgos o modelos de pensamiento, reacción y comportamiento, con los cuales todos podemos encontrar identificación. El espacio que va desde la salud al trastorno psicológico está diferenciado por los niveles de rigidez con que nos inscribimos en esas tipologías y las señales de inadaptación y perturbación a que
estos patrones de conducta nos pueden llevar.
Aislados e irascibles
Este grupo de personas se caracteriza por ser introvertidas, desconfiadas, distantes e indiferentes a la aprobación de los demás. Todo mensaje es leído como un signo de alerta y conspiración. Tienen dificultad para establecer relaciones sociales. Son calladas, independientes y muy autocríticas.
Ansiosos y temerosos
Hipersensibles al rechazo, la humillación y la vergüenza. Retraídos socialmente pero deseosos de afecto. Con baja autoestima y pasivos frente a las responsabilidades. Subordinados, indecisos, muy devotos al trabajo y al rendimiento. Obstinados y perfeccionistas.
Cómo aparecen los signos críticos
Cuando estamos sufriendo sin poder explicar o dar sentido a este padecimiento tenemos un indicio de que se trata de un trastorno depresivo o ansioso,muy frecuente en la sociedad actual.
La ansiedad implica el alerta de la persona ante situaciones que percibe erróneamente como amenazadoras o peligrosas haciendo que se prepare para defenderse o escaparse. El pensamiento y las imágenes del individuo ansioso se caracterizan por exagerar las posibilidades de peligro de un acontecimiento interno -el que una señal de malestar indique la aparición de un infarto inminente- o de un acontecimiento externo -la posibilidad de ser rechazado por otros-. También este pensamiento suele hacer que se desvalorice la propia capacidad de hacer frente a la situación. A nivel emocional la persona se siente nerviosa, con deseos de huir de la situación vivida como peligrosa. Su cuerpo puede responder, mediado por su sistema nervioso central y autonómico, con síntomas como la sudoración, taquicardia, dificultades respiratorias, tensión motora,insomnio, etc. El estado depresivo supone más bien una reducción del nivel de respuesta de la persona ante los acontecimientos de su vida. La persona está centrada en pensamientos e imágenes en torno a sus pérdidas, incapacidad, fracasos o indefensión. Por lo general mantiene una baja autoestima y está centrada en una visión negativa de sí misma, su vida y su futuro. Pueden aparecer también pensamientos o deseos suicidas. A nivel emocional predomina el estado de ánimo depresivo, con pérdida por los intereses y actividades habituales, una dificultad para disfrutar de la rutina diaria, y a veces también sentimientos de culpa, ira o ansiedad. La conducta de estas personas se caracteriza por un abandono de sus acciones cotidianas o por un descenso intenso de las mismas. Trastornos como la pérdida del apetito, las alteraciones del sueño y la pérdida del interés por el sexo, también son característicos del estado depresivo.
La ira crónica consiste en un estilo de conducta centrado en la defensa y ataque directo o
indirecto -cuando se pone irónico por ejemplo-. Se caracteriza por el nivel de pensamientos e imágenes de condena o críticas hacia el ofensor, y exigencias sobre que no debería haber actuado de una manera determinada. A nivel emocional la irritación tensa la musculatura corporal y la dispone al ataque verbal o físico, aparecen sentimientos de rencor y venganza.
La conducta se dirige a atacar verbal o físicamente al supuesto ofensor. El cuerpo suele responder con una elevación del ritmo cardíaco, la tensión sanguínea aumenta, la respiración se acelera, y pueden aparecer trastornos del sueño, de la alimentación y de otras necesidades corporales, la rumiación obsesiva sobre el hecho que se exige no debería haber ocurrido, las críticas al ofensor, los planes de venganza y una especial facilidad para saltar ante la menor situación ofensiva.
Por una vida plena
Si esos rasgos de personalidad te limitan o perjudican, ir al psicólogo y / o alguna otra
terapia alternativa seguramente será beneficioso.El crecimiento de la persona es deseable y
satisfactorio. La “madurez” y la “salud absoluta” son tan difíciles de conseguir como la felicidad total, pero el camino para intentar obtenerlas bien vale un tratamiento. Una vida más aliviada y plena siempre vale el esfuerzo.
No te pierdas el articulo de la semana que viene donde hablaremos como la esperanza , si aunque parezca banal y trillado, como esta es el motor motivacional fundamental para salir de cualquier crisis en la que estemos inmersos.
Gracias por estar ahí, por los correo y mensajes.Te pido te suscribas al Blog si te interesa seguir aprendiendo y conociendo sobre la ansiedad y otras problemáticas psicosociales que nos afectan la calidad de vida y nuestro bienestar personal.
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Abrazo y ya sabes que podes contar conmigo.
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